viernes, 28 de octubre de 2011

Capítulo II "Una noche de fiesta"

Después de pronunciar aquel hechizo, el suelo se torno más flexible y de el salieron unas enormes raíces que les atraparon, seguidamente el suelo comenzó a temblar. Trozos de unas enormes rocas del suelo se elevaron en el aire y se dirigieron a una estrepitosa velocidad hacia los cuerpos de las bestias que se rindieron en el acto, después, las raíces les aprisionaron todavía más y les estrangularon. Los cuerpos de las bestias yacían en el suelo, inmóviles, Viviana estaba muy cansada después de hacer aquel esfuerzo.

-¿Qué decías Markus?.

Viviana cayó de rodillas al suelo, pero no llegó a perder el sentido, su elemento era la tierra, cada mago se especializaba en un elemento en concreto, aun que podían usar hechizos de otros elementos, pero si usaban hechizos del suyo, su poder se duplicaba o triplicaba.

-Bueno, supongo que te he subestimado.

Pero, de repente, una de las bestias se levantó de su sueño y se dirigió mal herida y con rabia hacia Viviana, que estaba demasiado débil como para lanzar un hechizo de defensa, entonces Markus desenvainó la espada de su padre que había cogido previamente por si era necesario y se la clavó en el corazón justo en el aire, pero lo que no pudo evitar fue que el monstruo, sediento de sangre y sin ganas de morir sin su venganza, le diera un mordisco en el antebrazo derecho y diera un aullido de victoria, poco después murió desangrado. Markus le arrancó la espada del corazón y se miró la herida con cara de preocupación. Entonces Viviana reaccionó.

-No te habrá mordido, ¿verdad?

Markus se tapó la herida con la manga, se dirigió hacia ella con una sonrisa forzada y dijo.

-No, no, que va, estoy perfectamente, ni me a rozado.
-¿Cómo lo as hecho? ese licántropo iba a matarme cuando de repente apareces tú y me salvas, a sido increíble, te debo la vida, Markus.-pero Viviana estaba demasiado agotada como para pronunciar una palabra más y se desmayó, entonces Markus se acercó a ella, le apartó un mechón de pelo de la cara y la cogió.
-Tú estate tranquila, todo saldrá bien-dijo con una mirada de compasión y preocupación a la vez.

Markus llevó a Viviana a la habitación que había alquilado en la posada previamente y la acostó en su camastro para que descansara un poco, aprovechando que no había ni un alma en el pueblo, Markus cogió unas vendas de la posada y se vendó la herida para que no sangrara y nadie se diera cuenta. Luego se fue a las afueras del pueblo para avisar a los aldeanos de que ya no corrían ningún peligro y de que podían volver a sus vidas normales.

Poco después de que la historia de que Viviana había matado a todos los licántropos corriera en rumores y de que la propia Viviana de despertara de su sueño, los aldeanos decidieron hacer una fiesta en su honor al caer la noche, aunque Markus sabía perfectamente que solo era una escusa para beber y emborracharse. Aquella noche la Luna estaba en gibosa menguante, pero Markus no se fijó, estaba encerrado en su cuarto, en su casa ahora vacía y solitaria, no paraba de mirarse la herida y de pensar que sería de él en ese momento. De pronto, alguien llamó a la puerta, Markus estaba muy extrañado, ya que no estaba acostumbrado a recibir visitas. Se levantó de mala gana de su lecho, se tapó de nuevo la herida y bajó las escaleras para abrir la puerta. Cuando abrió la puerta, se quedó sorprendido, era Viviana, que había logrado averiguar donde vivía.

-Hola Markus, ¿Por qué no estas en la fiesta?- en su rostro se reflejaba una chispa de esperanza para que bajara a las fiestas con ella.
-¿Cómo as averiguado donde vivía?-Viviana rió
-Bueno, solo e tenido que preguntar a dos o tres aldeanos y me respondieron gustosamente.
-Ah…claro-dijo Markus sin saber que responder y rascándose la cabeza.
-No es justo que la fiesta solo se celebre en mi honor, tú también hiciste tu parte, ¿no? No lo entiendo, tú fuiste el que difundió los rumores, podrías haberles contado algo muy diferente, pero no lo hiciste.-dijo un poco extrañada y con la cabeza ladeada.
-Bueno, la verdad es que no me atrae mucho la idea de ser un héroe, prefiero pasar desapercibido.
-Pues si no quieres ser un héroe…¡baja conmigo a la fiesta!
-Viviana, verás, yo…

Markus no pudo responder, Viviana le cogió del brazo si previo aviso y lo arrastró hacia el pueblo. El ambiente que la gente respiraba allí era muy alegre y rebosante de vida, había una hoguera enorme en el centro de la plaza del pueblo, la gente comía, bebía y bailaba alrededor de la gran hoguera. Había un pequeño grupo de músicos un poco apartado que tocaba alegremente una melodía de la época que procuraba buena vida y salud. Viviana arrastró a Markus hacia la mesa de la comida, había un vendedor que se había tomado el día libre y gritaba a los cuatro vientos.

-¡Comida y bebida gratis! ¡todo gratis por un día!

Daba manzanas de caramelo, cerveza, patatas al horno…¡había de todo en aquella mesa! Viviana  se decidió por una manzana de caramelo, después volvió a arrastrar a Markus hacia la hoguera y uno de los aldeanos la vio y gritó.

-¡Tres hurras por la maga Viviana!-dijo levantando su cerveza en señal de un brindis.

Pronto todos los aldeanos que tenían una copa a mano brindaron por ella, Viviana se sonrojó y se arrimó un poco al pecho de Markus, que estaba muy confundido y no sabía que decir ni que hacer por la rapidez en la que habían ocurrido todos los sucesos. Viviana le abrazó fuerte y Markus se sonrojó, pero supo que debía hacer, Markus abrazó también a Viviana y poco después los dos empezaron a bailar al ritmo de la música, nunca antes Markus había estado tan alegre y reía tanto como en aquel día, bailaban debajo de la luz de la Luna.

La noche transcurrió rápidamente, y al amanecer del día siguiente todos estaban recogiendo los numerosos estropicios de la fiesta de la noche anterior. Markus se despertó en un banco de la posada y con un dolor de cabeza de mil demonios, cuando por fin logró incorporarse, vio al dueño de la posada barriendo el suelo y le preguntó.

-Disculpe, ¿sabría usted decirme donde me encuentro?-dijo mientras se sacudía el polvo de la ropa
-Ay lo que hace el alcohol a los jóvenes en las fiestas.
-Pero yo no he bebido nada…¿o sí? No me acuerdo muy bien…
-Te encuentras en la Posada del Roble.

De pronto vio como Viviana salía ya vestida de su habitación en busca de un buen desayuno.

-Disculpe buen hombre, ¿qué hay hoy para desayunar?
-¡Hombre, pero si es la fabulosa Viviana! Hoy tenemos leche fresca y unos bollos recién hechos.
-Esperaré impaciente, tengo que despedirme del pueblo, hoy al mediodía parto hacia mi nuevo destino.
-¿Ya te vas? Quédate por lo menos unos cuantos días más, que no te arán ningún mal- dijo el hombre con cara de mala gana.
-Muchas gracias por la oferta, pero lamentándolo mucho, no la puedo aceptar.
-Bueno, como quieras-el hombre se marchó para prepararle el desayuno.

Entonces Markus se levantó rápidamente a pesar del dolor de cabeza y se acercó a Viviana por la espalda.

-¿Ya te vas?- dijo el chico con un semblante un tanto triste.
-¡Markus! ¿al final dormiste aquí?-Viviana se rió- no pensaba que fueras capaz de…
-Viviana-cortó Markus con la voz un poco ronca-¿es verdad que hoy te marchas?
-Bueno, Markus-se puso seria de repente- ya sabías como era mi vida, de aquí para allá, nunca estoy en un sitio quieta.
-Entonces, permíteme que te acompañe, tal vez pueda serte de utilidad en algo.
-Markus, tu sitio está aquí, con los tuyos.
-Viviana, no quiero perderte, no quiero que te marches…-dijo mirando hacia otro lado intentando disimular un poco su expresión
-Markus, yo…no se que decirte.-dijo ella un poco confusa.
-Si no puedo convencerte para que me dejes ir contigo…al menos retrasa unos días tu marcha, solo asta mañana, por favor, hazlo por mí-Markus le miró con ojos de cordero degollado y no tubo mas remedio que aceptar.
-De acuerdo Markus, marcharé mañana por la tarde.

A Markus no le cabía la sonrisa  en el rostro, de pronto el posadero llegó con la bandeja del desayuno y le dijo a Markus.

-Oye muchacho, tu cara me suena del grupo de jornaleros del campo, ¿no deberías estar allí trabajando?

Entonces Markus volvió a la realidad, abrió los ojos como platos y se fue corriendo de la posada, Viviana, que era una persona muy risueña, se rio como nunca lo había hecho.

-¡Muchas gracias por recordármelo buen hombre! ¡Hasta pronto Viviana!

Y desapareció por la puerta como alma lleva el diablo. Ese fue un día normal que ni tenía punto de comparación con la explosión de emociones del día anterior, la jornada se pasó rápidamente, Markus no volvió a ver a Viviana asta el atardecer, antes de pasar por la posada, se volvió a mirar la herida del día anterior…pero como la noche de la fiesta no hubo ningún cambio en su ser, pensó que esta tampoco sería muy diferente, así que entro en la posada y tocó a la puerta de Viviana.

-¡Viviana, puedo pa…!-las palabras del muchacho fueron interrumpidas por la puerta, que se abrió misteriosamente sola sin previo aviso.
-Adelante Markus-Viviana estaba sentada en su camastro entretenida con unos libros tan gordos como el tablón de una mesa de roble.
-¿Qué estas haciendo Viviana?
-Estudiar-dijo con una pequeña risita
-Vamos, no hay ningún profesor que te esté mirando.
-No se trata de aprobar ningún examen, Markus, si no de repasar hechizos para que no se me olviden y así poder salvarme la vida.
-Oh, no lo había mirado por ese lado-Markus se rascó la cabeza
-Mmmmm me acabo de dar cuenta de que cuando estás nervioso te rascas la cabeza.
-Eso no es verdad y lo sabes.
-¿Ah, no? Ahora mismo lo estas haciendo- Markus se miró a sí mismo y se dio cuenta, entonces se sonrojó y Viviana se rió, e intento cambiar de tema.
-¿Sabes leer?-dijo Markus un poco curioso
-¿Qué si se leer? Se leer nuestro idioma, se leer el élfico, se leer el arcano, se leer el griego, se leer el latín, se leer…
-De acuerdo, de acuerdo, me a quedado claro- Markus se volvió a sonrojar y se volvió a rascar la cabeza
-¿No sabes leer?-Viviana se rió al ver la expresión de su amigo.
-Pues no, la verdad es que no, tampoco sé escribir, me e pasado toda la vida en el campo, además creo que eso es inútil.
-¿De verdad crees que es inútil? Pues mañana mismo te daré clases de leer y escribir, te vas a enterar de lo que vale un peine- Viviana se rió.
-Por qué habré dicho nada-entonces Viviana se levantó, agarró a Markus por el brazo y lo arrastró como de costumbre.
-¡Vamos Markus, no hay tiempo que perder!
-Viviana, ¿A dónde vamos?
-Al bosque, la noche es preciosa.

2 comentarios:

  1. Guao quisiera formar parte de tu historia como Mikhael el hechicero de electricidad :P

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  2. Vale XD, encontraré el modo de incorporarte ^^

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